Lo esencial es, inevitablemente, invisible.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Dot, dot, dot

Y la locura se fue haciendo paso poco a poco entre tanta cordura. Pasaba entre los pensamientos, asomando de vez en cuando en mi cabeza. Quería eso, que pensaran que estaba loca. Y poco a poco se fue enroscando en cada pensamiento cuerdo en un abrazo mortal; los asfixió hasta dejarlos en un lugar muy al fondo de mi mente. Nada sobrevivió a esa plaga incurable, excepto dos cosas. Su amiga, la estupidez, seguía en mi mente. Ya no solo locos eran mis pensamientos si no que también eran estúpidos, sin sentido. La segunda cosa que dejo libre supuso su mayor error. Pensando que eso solo me haría caer mas en sus redes, el amor me devolvió la cordura. Son unos años difíciles los que trascurren ya que sin haber sanado por completo, mi mente sigue nadando entre locura y amor. Mala combinación es. Solo espero que la locura vuelva a mi mente para dejar de sentir dolor. El amor me saco de ella y ahora como un traidor, me arroja a ese pozo sin fondo. Locura, vuelvo a tu lado, tal y como querías. Solo era cuestión de esperar.

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