Lo esencial es, inevitablemente, invisible.

viernes, 31 de agosto de 2012

Moebius

Cada día, cada instante, una lucha continua. Una desesperada carrera hacia ningún lugar, porque tú sabes que no tiene fin. Corres para llegar la primera a algún sitio, para pasar una y otra vez por la salida, que es la meta del principio, salida del final. Temes bajar el ritmo de carrera por si algún maldito como tú, te adelanta en esa estúpida cinta que no conduce a nada y a lo mismo. Y si pudieses volar te irías, valientes alas te elevarían alto, empujadas por el huracanado viento de la angustia, de la opresión y de la falta de motivación, que día a día se ciernen a tu alrededor  y te impiden siquiera respirar. Claro que volarías. Tan alto y tan lejos, que solo llegarías a la misma maldita cinta en la que hoy giras. Volverías a hundirte entre su única cara y su único lateral, volverías a lo mismo. A intentar huir hasta que algo te retenga. A luchar por llegar la primera a esa meta continua, a ese horizonte infinito. ¿Pero quién tiene valor a frenar de golpe?¿a poner fin a esa absurda y alocada carrera?¿Quién es fuerte para sentarse en medio de la cinta y jurar que jamás volverás a pisar la cara de abajo, que jamás volverás a recorrer su lateral?¿Quién, quién sabe?¿Quién tiene el coraje suficiente para tomar la decisión? Y por eso corres. Porque solo tienes valor para eso, pues no eres fuerte para volar. Pequeño pájaro desalado, pequeña alma enjaulada. Corre, corre más. Vuelve a pasar por esa meta inicial y esa salida final. Recorre su cara, recorre su lateral. Corre, corre hasta el final.

domingo, 15 de abril de 2012

Libre

Cierro los ojos cómo todas las noches, como siempre que algo me puede, tan solo unos instantes para, a la velocidad de la luz, analizar mi situación y saber como reaccionar. Me miro dentro. Solo oscuridad. ¿Solo oscuridad?¿Desde cuándo había vuelto a ser libre? Y así, abro lentamente los ojos dándome cuenta de lo que sucede, sin terminar de creérmelo, pensando que es tan solo otro engaño de mi cerebro, y sin embargo no está, se ha ido, ha volado. El dolor se ha marchado. Y ahora son solo recuerdos, ya no me derrumban, ya no me hieren, solo me hacen recordar. Y le miro y dos fugaces lágrimas escapan de mis ojos. "¿Eres feliz?" pregunta, "Creo que sí."

miércoles, 15 de febrero de 2012

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Que me dueles, coño, que me dueles.

domingo, 29 de enero de 2012

[...] Encuentra tu lugar. Irgue los hombros y alza la cabeza. Eres Marina Moló, la dureza, arrogancia y soberbia personificada. Y mucho más importante, eres Marina Moya, inteligente, observadora y narcisista; eres tú, la vida expresada a través de unos ojos inquietos que esconden un corazón de gelatina. No pierdas el Norte, no pierdas TU Sur.

sábado, 14 de enero de 2012

¿Otra más?

Solo otra cerveza más, solo otra, ¿va? Solo otra, seguro que me sube el ánimo, seguro que te hace aparecer a mi lado, ¿no?¿Cuál es esta?¿La quinta?¿Sexta tal vez? Bah, no hacen daño. La última, la última cerveza, la última calada. ¿Apareces ya? No, bah, otras dos más. ¿Aparecerás? Si no, siempre nos queda para más. Décima ya, y a mi lado estás. ¿Que te vas? No, dios, otra más. En vaporeas sombras te conviertes, pero ¿qué más da?¿Una más? Al final aparecerás. Sonrisas en el culo del cristal. Vamos, ¿dónde estás? Una tras otra, por ver los dulces labios que sonríen al final. ¿Que no estas? OTRA MÁS. Y si la 20 no te hace aparecer, los 20 cigarros lo lograrán. Que ni eso, en fin, te iré a buscar, aparecerás. 
¿Qué más da? ¿Otra más?

viernes, 13 de enero de 2012

Not more than an easy mistake, love.

"Bésala, vamos, ¡hazlo! ¿A qué esperas?"
Siempre he creído que en las películas, tras una discusión, una mala conversación o una cagada, la solución correcta, la válvula de escape de todo problema era un beso. Pero una vez metida en situación, dolida, con sus labios en tus labios y bailando la danza hipnótica de dos lengua vivas; te das cuenta de que no, no es nada. Absolutamente nada. Sus gruesos labios despellejados y siempre felices, únicos entre un millón, no tienen el mismo efecto placentero ni reconfortador. Tan solo rosada carne blanda, carente de la capacidad de transmisión de alguna sensación. Solo carne y nada más. Y así, te das cuenta de cuán engañada estabas, de que no es beso si no se siente. De que para curar la más ínfima grieta, ni besos miles, ni extenso tiempo son suficientes. Tan solo colosales gotas de lluvia, que diluyan los pesares. Grabada sonrisa y adelante.

martes, 3 de enero de 2012

FREEDOM

Sabes, es bonito pensar que un sueño puede hacerse realidad, que un beso puede elevarte hasta el más alto de los cielos y que el amor verdadero existe. Es gratificante ver como, por una vez en tu corta vida, las cosas salen como gustan, como el amor te sonríe y como inevitablemente tu sonríes a todo. Es irónico ver que en un tiempo necesitaste algo que ahora nos es más que un mero estorbo. Es bello ver la vida pasar y sentirte dentro de todo.