Lo esencial es, inevitablemente, invisible.

domingo, 15 de abril de 2012

Libre

Cierro los ojos cómo todas las noches, como siempre que algo me puede, tan solo unos instantes para, a la velocidad de la luz, analizar mi situación y saber como reaccionar. Me miro dentro. Solo oscuridad. ¿Solo oscuridad?¿Desde cuándo había vuelto a ser libre? Y así, abro lentamente los ojos dándome cuenta de lo que sucede, sin terminar de creérmelo, pensando que es tan solo otro engaño de mi cerebro, y sin embargo no está, se ha ido, ha volado. El dolor se ha marchado. Y ahora son solo recuerdos, ya no me derrumban, ya no me hieren, solo me hacen recordar. Y le miro y dos fugaces lágrimas escapan de mis ojos. "¿Eres feliz?" pregunta, "Creo que sí."