Dot, dot, dot

Y la locura se fue haciendo paso poco a poco entre tanta cordura. Pasaba entre los pensamientos, asomando de vez en cuando en mi cabeza. Quería eso, que pensaran que estaba loca. Y poco a poco se fue enroscando en cada pensamiento cuerdo en un abrazo mortal; los asfixió hasta dejarlos en un lugar muy al fondo de mi mente. Nada sobrevivió a esa plaga incurable, excepto dos cosas. Su amiga, la estupidez, seguía en mi mente. Ya no solo locos eran mis pensamientos si no que también eran estúpidos, sin sentido. La segunda cosa que dejo libre supuso su mayor error. Pensando que eso solo me haría caer mas en sus redes, el amor me devolvió la cordura. Son unos años difíciles los que trascurren ya que sin haber sanado por completo, mi mente sigue nadando entre locura y amor. Mala combinación es. Solo espero que la locura vuelva a mi mente para dejar de sentir dolor. El amor me saco de ella y ahora como un traidor, me arroja a ese pozo sin fondo. Locura, vuelvo a tu lado, tal y como querías. Solo era cuestión de esperar.

No te das cuenta de que así sólo te jodes a ti misma. Que solamente tú eres responsable de las consecuencias. Eres ciega. Buscas un pasamanos al que aferrarte. El mismo al que le quitaste los tornillo. Y caes. Caes a un abismo negro en el cual parece no haber fin. ¿Y quién desatornilló los tornillos? Tú. Te tiraste al vacío sabiendo que no tenía fin.

Como siga así, acabaré explotando como un globo. Guardarte las cosas no es bueno. Y el globo se hincha cada vez mas. ¿Que será la aguja que lo haga explotar?

Hermanos

-Tus amigos son lo peor. Dan asco. Son unos fracasados.
+No decías lo mismo hace un mes.
-Hace un mes no les conocía bien. Ahora sé como son.
+¿Que te han hecho para que les llames asi?
-Me he enamorado de uno de ellos.
+No es justo que lo pagues con todos cuando solo ha sido uno.
-No es justo ser solamente la hermana pequeña de Brian.
+Jess...
-¿Si?
+Te quiero
-Yo también Brian
(los dos hermanos se funden en un abrazo)
-Gracias, lo necesitaba. Es bueno tenerte cuando necesito un abrazo que me quite el frio de la soledad.
+Siempre estaré aqui, Jess.
(Se vuelve ha abrazar)

Lucifer

"Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado"

Milton, El paraíso perdido, canto I